–Quartet West, su formación más estable, parece hecha a partir de recuerdos. Evoca otra época.
–Sí, pero también hacemos nueva música. Grabaremos un disco, el primero en diez años, con cinco cantantes. Y hago otras cosas. He grabado con el pianista Hank Jones y habrá un disco a dueto con Keith Jarrett. Es la primera vez que tocamos juntos en 33 años.
–Su cuarteto tiene una estética muy distinta a otros proyectos suyos, como el grupo de los 70 con Jarrett o su Liberation Music Orchestra.
–La estética de todo lo que hago es la misma: la belleza. Desde pequeño, cuando mi madre me cantaba canciones, siempre me ha acompañado.
–¿Es cierto que el Quartet West fue una idea de su mujer?
–Sí. Cuando la conoció me animó a montar un grupo en Los Ángeles para que no me pasase todo el tiempo fuera de la ciudad. Y lo demás es historia. Es mi grupo favorito.
–¿Así que una banda con 25 años de trayectoria nació por razones prácticas?
–Ella tiene un plan. Es la productora de todo lo que hago, mi guía.
–O sea que usted no planea su propia carrera.
–Las cosas ocurren espontáneamente. Por ejemplo, en verano coincidí en España con Diego Amador. Hace mucho que quiero grabar flamenco pero no encontraba a la persona adecuada. Le oí y me encantó. Dimos tres conciertos preciosos en Andalucía. En otoño grabaremos un disco en Barcelona.
–¿Se siente cómodo en tradiciones musicales que no son la suya?
–He hecho fado, música brasileña, tango y bolero con los mejores músicos de esas tradiciones. Me siento seguro cuando toco con alguien de gran nivel.
–¿Estudia esos lenguajes o se fía más de lo que ya sabe?
–Simplemente, escucho.
–Ornette Coleman, su descubridor en los años 50, dijo que usted tiene el mejor oído del mundo.
–Porque escucho la música. Es lo más importante.
ROGER ROCA
BARCELONA
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