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A mayor belleza femenina, más tontera masculina


Un estudio demostró que ante la presencia de una mujer infartante, los varones tienen actitudes poco frecuentes y hasta arriesgadas
No olvidará esa mañana calurosa. Era marzo de 2005 y al agente Miguel S. le tocaba custodiar las calles del microcentro. Nada parecía alterar la tranquilidad de la zona hasta que, de repente, apareció ella: rubia, esbelta, perfumada y envuelta en un ajustado vestido rojo. "Nunca había visto nada igual en mi vida. Impresionante", recuerda el policía, de 35 años.

El seguía perdido en la figura de ella cuando un hombre que pasaba por allí se apoderó de la cartera que llevaba la mujer. Sin pensarlo, Miguel dio una muestra de rapidez: corrió al ladrón, se arrojó al suelo y logró "tacklearlo". La hermosa mujer agradeció la intervención y se marchó, sin saber quizás que su sola presencia había inspirado un acto de arrojo.

"Uno siempre está preparado para defender a la víctima. Pero ese día fue algo especial, me sentí más inspirado que nunca", confiesa el agente, y prefiere no dar su apellido para evitar que su esposa se ponga celosa. No quería tener que correr de nuevo, pero el motivo fue distinto.

Aquel sentimiento que embargó a Miguel hace ya cinco años no es algo tan sorprendente. Es sabido que una mujer bonita es capaz de paralizar el tránsito. Sin embargo, pensar que cualquier fémina atractiva puede provocar un cortocircuito en el cerebro de los hombres suena como algo exagerado. Pero no lo es. Una investigación acaba de demostrar que eso es lo que efectivamente ocurre.

El estudio realizado en la Universidad de Queensland, en Australia, explica por qué los hombres hacen cosas riesgosas cuando están frente a una mujer atractiva. Según se publicó en varios sitios de internet, durante la investigación, un equipo de psicólogos reunió a 96 jóvenes skaters para que hicieran trucos fáciles y difíciles frente a un público diverso. Cuando estaban frente a otros hombres, sus destrezas eran buenas, pero nunca tan arriesgadas como cuando entre los asistentes había mujeres dueñas de una hermosura descomunal. De hecho, varios deportistas pusieron en serio riesgo su integridad física.

Hormonas y algo más

El trabajo fue publicado por la revista Social Psychological and Personality Science. Los especialistas detallan que el comportamiento arriesgado que tuvieron los skaters se relaciona con la testosterona. Los niveles de esta hormona se disparan en el cuerpo masculino con el sólo estímulo visual de una mujer bonita.

Pero esta conocida hormona de los hombres no parece ser la única responsable de los actos heroicos. Los expertos dedujeron que también algo sucede a nivel cerebral. Según publica la revista, los psicólogos manifestaron tener pruebas de que la corteza prefrontal del cerebro también está involucrada en estas situaciones. Esta región está implicada en la toma de decisiones, ayudando a las personas a equilibrar entre beneficio y pérdida. "La presencia de una mujer atractiva provoca un cortocircuito de algún tipo en esta área en el hombre y por eso pierden ese balance", afirmaron los especialistas tras la investigación.

Para explicar aún mejor lo que ocurre, los psicólogos hicieron una similitud con lo que ocurre cuando los hombres se ven enfrentados a situaciones de estrés alto o cuando hay conflictos que terminan en un enfrentamiento físico. Sólo que en estas circunstancias el estímulo es muy distinto.

El neurólogo Oscar Iguzquiza, titular de la cátedra de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), explicó que varias investigaciones ya lograron determinar que la imagen de una mujer preciosa puede provocar en una persona respuestas más irracionales que las que podría tener normalmente. De todas formas, precisó que una mujer que es atractiva para un hombre no siempre lo es para los demás. "Esto depende de la conjunción de factores genéticos, funcionales y culturales", remarcó.

La vida real

Lejos de la teoría y de los avances tecnológicos, "Tato", de 64 años y remisero, hizo de su vida una historia de amor que comenzó con un cortocircuito y que no por ello después vino un apagón. Se casó con Nelly cuando tenía 19 años. Llevan 45 juntos. "Coincido con la hipótesis del cortocircuito. Creo que a todos los hombres nos pasa. ¿No es cierto?", opina, mientras busca un gesto complicidad de su colega Bernardo.

"Recuerdo que cuando cumplí 19 años salí a festejar. En aquel entonces tenía una moto y vivía paseando en ella. Un día me hice pelota (sic). Tuve un accidente complicado. Choqué contra un auto y me quebré entero. Prácticamente quedé todo enyesado. Los médicos me dijeron que hiciera reposo. Eso hice. Por lo general, me quedaba en sentado en la escalera de la puerta de mi casa. Entonces la vi caminar por la vereda a Nelly, mi actual esposa. Me levanté con los yesos y todo y corrí hasta ella. Ni me importó lo que aconsejaban los doctores. Eso sí... dolió. Pero creo que la impresioné. Ese día le dije que me gustaba. Bueno, ahora seguimos juntos. Tengo dos hijos, cuatro nietos. ¿Qué más puedo pedir?", recuerda. El cortocircuito que él "sufrió" la cambió la vida para siempre.

Reacciones impensadas

¿El cortocircuito también ocurre en el cerebro femenino?.- No, según los científicos australianos. Porque al igual que en otras especies, las mujeres no estarían motivadas a asumir riesgos, pues son ellas las que eligen y ellos los que compiten para ser elegidos. "La toma de riesgos es una forma que los hombres tienen para intimidar a los demás y, por supuesto, llamar la atención de ellas", remarcan los psicólogos.

En un banco de la plaza Urquiza.- Los alumnos de un colegio de la zona confirmaron, entre risas, la teoría del cortocircuito. José Herrera, 16 años, contó su historia: "una vez, por hacerme el canchero con una chica casi me atropellan (ríe). Me iba a encontrar con una amiga en un local, en la esquina de 9 de Julio y San Lorenzo. Yo caminaba por 9 de Julio. Cuando llego a la esquina no se podía cruzar la calle porque los autos pasaban a las chapas (sic). En la vereda de enfrente estaba mi amiga. Nos saludamos. No sé por qué, pero me puse incómodo. Y crucé la calle. El semáforo estaba en verde. Era una locura. Ella se tapó la cara. Es como que sabía de antemano que nada me iba a pasar. Dos autos frenaron casi de golpe, me gritaron de todo, tocaron la bocina. Yo salté en el aire del susto y grité. Estaba colorado de la vergüenza. Pero mi amiga se reía, parece que lo que hice le cayó bien".

Bandeja saltarina.- No sólo los policías y skaters aparecen en la lista de los que sufren cortocircuitos que los llevan a arriesgarse constantemente. Los mozos no se quedan atrás. Cuando aparece una clienta monumental, como dice Ricardo Paz, las bandejas tambalean y cualquier plato espectacular puede llegar haciendo piruetas hasta la mesa de la mujer hermosa.

Una mujer bella puede detener el tránsito y también robarse todas las miradas dentro de un recinto.- Eso es lo que suele ocurrir en muchas sesiones, de acuerdo a lo que confesaron algunos concejales. Aunque aclararon que nunca nadie se arriesgó a votar una ordenanza insólita sólo por distraerse detrás de una figura femenina.

¿Por qué nos enamoramos?.- Es una pregunta que desde hace muchos años los expertos de diferentes ciencias tratan de resolver. En este mecanismo, según los diferentes estudios, intervienen cuestiones hormonales, psicológicas, culturales, sociales y químicas. Todas las áreas probaron que el amor no es fruto de la magia ni de la casualidad. No son dos medias naranjas que se encuentran. Esa idea del alma gemela, la de los dos seres que se completan mutuamente, parece quedar sólo en la categoría de mito.

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