Desde que falleció su padre hace ya siete años María del Monte se sentía incapaz de entrar en un estudio y grabar un nuevo disco. Le faltaba su presencia, el apoyo que necesitaba. Hasta que llegó el día en que su madre no pudo más y le dijo si es que pensaba dejarla morir sin haber grabado otro trabajo. «Fueron esas palabras y el empujón que me dio tanta gente lo que me hizo ponerme a cantar sin apenas yo darme cuenta. Me metí de lleno y reconozco que me vine arriba. Tuve que seleccionar doce temas de entre 367 y te puedo asegurar que estoy encantada con el resultado. He sido muy perfeccionista, incluso bastante pesada, porque quería que saliera como a mi padre le hubiera gustado. Ahora ya no está él para decirme lo bueno o lo regular y por eso he insistido hasta en el último detalle», aclara la cantante.
La que fuera reina de las sevillanas está en plena promoción de «Cómo te echo de menos» y consciente de lo duro que hoy resulta conseguir un nuevo éxito. «Pero te diré que yo no necesito mucho para vivir», explica. Cuando pudo no quiso hacer las Américas porque «me daba pena verme fuera de mi casa» y cuando ha tenido temporadas sin disco, pues ha aprovechado para trabajar en televisión presentando varios programas en Canal Sur y también en radio. «Yo quiero vivir de mi profesión», recalca.
María sabe que si quisiera, podría ganar mucho dinero hablando de su familia, de su amistad con Isabel Pantoja, de lo que pasa con su sobrino y la sobrina de Rocío Jurado… Pero no. «No debo perder mi sitio», dice. En eso es dura como una roca. Tiene unos principios que lleva a rajatabla y es capaz de torear cualquier entrevista sin dejar ni una pista de lo que quieren sonsacarle. «Soy feliz», reconoce consciente de lo que eso significa. «Tengo mis momentos pero son más buenos que malos», aclara por si las dudas.
/www.abc.es/
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