Ultimas entradas:

Entrevista con Bruce Willis

A punto de cumplir los 56 años, Bruce Willis se pasa la jubilación forzosa por el Arco del Triunfo en 'Red', un thriller de Robert Schwentke ('Más allá del tiempo') en el que forma grupo salvaje con otros veteranos ilustres como John Malkovich, Helen Mirren o Morgan Freeman.


Bruce Willis no soporta a los periodistas. Eso sí, muy de vez en cuando, tiene un buen día y los tolera. El año pasado, por ejemplo, tuvo uno: 24 horas después de una entrevista desastrosa, una compañera francesa recibió una llamada. Era Willis, que quería disculparse y responder a las preguntas personales que se había negado a contestar el día anterior. ¿Por qué? Porque soy un caballero, respondió el actor. Hoy Bruce Willis no tiene uno de esos días. Lo que tiene es un jet lag de caballo y un insoportable dolor de barriga, así que preferiría estar en cualquier otro sitio en lugar de tener que cumplir compromisos promocionales.

Willis nos ha dado cita para presentar 'Red', la adaptación del cómic de Warren Ellis y Cully Hamner sobre un grupo de agentes jubilados de la CIA, a los que da vida un reparto de auténtico lujo y con la que podría romper una racha no demasiado afortunada de films protagonizados por él desde el estreno de 'La Jungla 4.0' (Len Wiseman, 2007). Más aún, podría ser la primera carta de un nuevo poker de éxitos. Si las negociaciones llegan a buen puerto, Willis estará en lo nuevo de Wes Anderson, Stephen Frears y, otra vez, M. Night Shyamalan, con quien parece haber alcanzado las más altas cimas de su carrera en el díptico formado por 'El sexto sentido' (1999) y 'El protegido' (2000). Con desgana, pero no sin inteligencia, el actor respondió a las preguntas de FOTOGRAMAS en París.

ACCIÓN (Y REPARTO) AL ROJO VIVO

Hace tiempo dijo que le gustaría que las películas de acción fueran más creativas y originales. ¿Es este el film que pedía a gritos?
Sí. 'Red' podría ser una respuesta a ese deseo. En el cine me parece importante competir con uno mismo e intentar hacer cosas nuevas. Hay que renovar las fórmulas clásicas, incluso dentro de un género como la acción, en el que siempre se deben respetar ciertas reglas. En este sentido, 'Red' no se parece a ninguna otra película. Me pareció un proyecto muy ambicioso, que unía grandes dosis de acción, romance y comedia. Las demás películas se suelen conformar con contener solo uno de esos tres factores.

¿Fue el reparto lo que le impulsó a participar en 'Red'?
Yo fui el primero que aceptó hacer la película, sin saber que todas estas estrellas se acabarían embarcando en ella. Estuve presente durante todo el rodaje, al que cada semana se incorporaban compañeros de lujo, como Morgan Freeman, John Malkovich, Mary-Louise Parker y Helen Mirren, que dará mucho que hablar por su cambio de registro. Está estupenda y no necesitó ningún consejo para las escenas de acción. Se creó una dinámica muy positiva entre todos nosotros. Hacía mucho tiempo que no trabajaba de esta manera.

¿Diría que sus últimos proyectos han tenido un perfil más bajo?
(Irritado). En absoluto. No es lo que quería decir. Me refiero a que hacía mucho tiempo que no trabajaba con tantas estrellas al mismo tiempo. En ese sentido, ha sido una película muy poco habitual para mí.

EL ÚLTIMO GRAN HÉROE

Irrumpió en el cine de los 80 como un héroe de acción diferente, algo irónico y de aspecto más corriente que el protagonista hipermusculado de turno. ¿Se ha sentido encasillado en el mismo tipo de personaje?
He salvado el mundo 11 veces en mis películas, así que empiezo a pensar que es lo que los estudios quieren que haga. Pero reconozco que esas películas no son mis favoritas. No es que cada vez que recibo uno de esos guiones me ponga a dar saltos de alegría y grite: ¡Qué bien, más armas! Tengo la suerte de poder participar en proyectos que me permiten hacer otro tipo de papeles y no interpretar siempre a policías. Por ejemplo, acabo de recibir el guión de lo nuevo de M. Night Shyamalan, que se llamará 'The Connected'. No puedo contar nada, salvo que Gwyneth Paltrow y Bradley Cooper también estarán en la película. Lo único que falta decidir es cuándo la rodaremos.

¿No ha echado en falta, por ejemplo, interpretar a malvados?

Siempre me han ofrecido buenos tipos. Desde 'La jungla de cristal' (John McTiernan, 1988) ha sido así. John McClane se convirtió en un icono, así que después tuve que seguir un cierto código. Por ejemplo, no podía ir por ahí pegando a las mujeres. Cuando una película tiene éxito, Hollywood te sigue proponiendo el mismo papel una y otra vez. Mi trabajo consiste en escapar a ese encasillamiento, aunque reconozco que no siempre me ha salido bien. Además, la mayoría de películas siguen el mismo esquema: un buen tipo con problemas consigue superarlos hacia el final. Si no siguieran este patrón, el cine perdería muchos espectadores. Si siempre ganara el malo de la película, el cine terminaría desapareciendo.

El año pasado rodó cinco películas. ¿Es un adicto al trabajo?
No crea. Lo que más me gusta es no hacer nada. Tengo una vida personal que me hace muy feliz, así que intento pasar más tiempo con mi mujer (la modelo Emma Heming, con quien se casó en 2009) que delante de una cámara. Y también con mis hijas, de quienes estoy muy orgulloso. Son unas chicas estupendas, muy seguras de sí mismas. A veces intento impresionar a los tipos que salen con ellas interpretando al poli malo, pero ellas me hacen callar. No me necesitan. Son lo suficientemente listas para saber cómo son los chicos de su edad.

HOMBRE DE DERECHAS

¿Qué le sigue gustando del cine? ¿Se plantearía dejarlo todo algún día?
Lo que me gusta es lo mismo que me apasionaba cuando era un crío: esas cosas mágicas que suceden en pantalla y que como actor consigues provocar, a veces sin saber muy bien cómo lo has logrado. Lo que está claro es que no sigo en este negocio por la fama. La fama solo sirve para conseguir una buena mesa en un restaurante. Es una ilusión colectiva. La gente necesita a famosos a los que pueda convertir en héroes a quienes poder admirar. Pero yo no necesito esa admiración para sentirme bien conmigo mismo. Siempre ha expresado abiertamente sus opiniones políticas, próximas al Partido Republicano.

¿Cree que ha perjudicado a su carrera en un universo tan liberal como Hollywood?
Yo soy de Nueva Jersey y allí todo el mundo dice lo que piensa (sonrisa irónica). Por lo menos, en Estados Unidos tenemos libertad de expresión. No creo que haya dañado mi carrera en absoluto.

¿Ni siquiera cuando ofreció un millón de dólares a quien matara a Bin Laden y otro millón para el asesino de Saddam Hussein?
(Tenso) Eso formaba parte de una conversación privada. Alguien lo escuchó y lo publicaron por todas partes. En todo caso, no se trataba de ninguna broma. Lo dije muy en serio, aunque no era asunto de nadie.

¿Qué hay del auténtico Bruce Willis en los personajes que interpreta en el cine?
No puedo controlar la imagen que se tiene de mí, aunque puedo asegurar que mi identidad es muy diferente a la de los personajes que interpreto. Tal vez tengamos en común que no nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio.

¿Si no ha hecho más personajes dramáticos y vulnerables es únicamente porque no se los han ofrecido?
(Largo silencio) Puede que cuando era más joven no estuviera preparado para interpretarlos. Pero me acerco a una edad en que va a ser cada vez más fácil interpretar este tipo de papeles. Cada vez me ofrecen más personajes sensibles y vulnerables. ¿Que si ha sido un problema de madurez? No lo sé. Diría que más bien ha sido un problema de circunstancias. A veces no me apetecía y otras el guión no valía la pena. Piensa que tampoco se hacen tantas buenas películas al año...

LA OCASIÓN LA PINTAN...

¿Está orgulloso de su carrera?
Estoy orgulloso de haber intentado hacer las cosas lo mejor que he podido. No siempre me ha salido como yo quería, pero algunas veces he dado en la diana. Por ejemplo, con 'El sexto sentido'. Recuerdo que el productor dijo que no la había entendido y vendió gran parte de los derechos a una compañía independiente que se terminó haciendo muy rica. También estoy contento de haber tenido una carrera larga. En Hollywood, la longevidad es un mérito en sí mismo. Que no te descarten por el camino ya es un motivo de satisfacción.

Una vez ironizó diciendo que ser calvo era la forma que Dios tenía de recordarle que era humano. ¿Qué importancia cree que ha tenido su look?
No lo sé, pero todos los días aparece un hombre calvo que me agradece que haya dignificado su alopecia... Es muy curioso, porque en la prensa británica siempre me presentan como el actor calvo Bruce Willis, como si fuera un insulto. Me parece ridículo. El aspecto que tengas no importa demasiado. Más que nada, porque no es lo que provoca que la gente te quiera más o menos.

En marzo cumplirá 56 años. ¿Se sigue sintiendo joven?
Me siento como si tuviera 25 años. Sigo siendo capaz de luchar y de correr. Voy a rodar la quinta parte de Jungla de Cristal e incluso me gustaría hacer una sexta. Luego dejaré correr esa saga y puede que otro actor tome mi relevo. Pero, de momento, igual que le sucede a mi personaje en 'Red', no tengo ninguna intención de jubilarme.
*Entrevista extraída de Fotogramas.com
Publicado por Capde
/cinemaniacosunidos.blogspot.com

0 comentarios:

Publicar un comentario



BeRuby te paga por navegar