La táctica de María José Campanario, serena a pesar de los insultos

Tranquila y sonriente, y con el apoyo incondicional de Jesulín, María José Campanario ha llegado las dos primeras jornadas a la Audiencia Provincial de Cádiz a pesar de ser recibida, ambos días, con abucheos e insultos. Así se ha dado el pistoletazo de salida a uno de los juicios más mediáticos de los últimos tiempos.


Madrid.- A María José Campanario no parecieron afectarle los insultos de la multitud que rodeaba la entrada de la Audiencia Provincial de Cádiz. Parece tranquila y hasta desafiante en los inicios del juicio que podría llevarla a la cárcel. "Os llevaré a todos en mi mochila", aseguró, confiada en su absolución.

A la esposa de Jesulín de Ubrique la llamaron "ladrona". A Carlos Carretero, presunto jefe de la trama que amañaba pensiones de la Seguridad Social, entre ellas la de Remedios Torres, la madre de María José, le gritaron chorizo y sinvergüenza. Había gente entre el público que recordaba sus pensiones de 200, 300 ó 400 Euros.

Para conseguir la nulidad del juicio, Campanario y sus abogados quieren resucitar el Caso Naseiro, descubierto a finales de los 80, poco después de la llegada al poder de José María Aznar.

Los investigadores de una trama de narcotráfico, en la que estaba implicado un militante “popular” en Valencia, descubrieron en conversaciones telefónicas legalmente intervenidas, las corruptelas financieras de Rosendo Naseiro, administrador del Partido Popular.

El caso llegó al Tribunal Supremo, que no admitió las escuchas, por haber sido autorizadas para investigar algo diferente, a pesar de una frase de Vicente Sanz, presidente de la Diputación, que ha pasado a la historia: “Estoy en política para forrarme”.

La defensa de Campanario argumentará que se trata de la misma situación jurídica, ya que no era Campanario el objeto de las escuchas de la Operación Karlos.

Sin embargo, penalistas de prestigio aseguran a LA VOZ LIBRE que la jurisprudencia ha evolucionado desde el Caso Naseiro y que la esposa de Jesulín no debería estar tan segura de salir indemne de este proceso.

MARÍA EUGENIA YAGÜE