La historia del vestido de novia que rompió una centenaria tradición

No era blanco. Era marfil. Y además con la marca de un diseñador que se declaraba "anarquista", "ateo" y "antimonárquico"; que hizo colecciones basadas en las Brujas de Salem o el martirio de Juana de Arco y que se suicidó en 2010, a los 40 años. Pero el vestido de novia en tono marfil creado por la modista Sarah Burton para la casa Alexander McQueen no sólo rompió con la tradición de que las novias de la monarquía inglesa visten de blanco -instaurada por la reina Victoria en 1840-, y homenajeó al más terrible de los "niños terribles" de la alta costura de su país, sino que fue de lo más chic en una boda real de sombreros locos y conjuntos cortos color pastel.


"Un gran momento para la moda", opinó el crítico de la BBC. "Elegante y chic", concluyó el llamado "zar del diseño", el alemán Karl Lagerfeld, responsable de la marca Chanel, sobre el modelo en que las trabajadoras de la Escuela Real de Bordado clavaron sus agujas, lavándose las manos cada 30 minutos para no manchar los encajes de Cluny.

Todo fue hecho en secreto. En marzo, Middleton buscaba modisto. Y se reunió con la editora de la revista Vogue británica, Alexandra Shulman. Ella le recomendó a Sarah Burton, la ex ayudante durante 12 años de McQueen, que ocupó su puesto en la empresa. La hoy duquesa de Cambridge quería algo clásico, acorde con la pompa y la circunstancia del casamiento, pero con ese mismo "toque moderno" que ella y el príncipe Guillermo están empeñados en mostrar.

La sugerencia era correcta. Una de la obsesiones de McQueen eran las princesas y la reina Victoria. Incluso, la última colección de Burton para la marca se inspira en "La Reina del Hielo".

"Miss Middleton deseaba que su vestido combinara tradición y modernidad con la visión artística que caracteriza el trabajo de Alexander McQueen", confirmaba ayer Clarence House. Mientras, la nueva princesa paseaba su traje con dos metros y 70 centímetros de cola, coronada con esa tiara de Cartier de 1936 que le prestó la reina Isabel y que tan bien le queda

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